Jonatan Vera ‘Canelita’ nace (1990) y vive en el barrio flamenco de La Bajadilla, Algeciras, la Isla Verde árabe, el puerto en donde desembarcó a su llegada a Andalucía Zyryab (siglo IX), el músico iraquí, inspirador del cante jondo, en las mismas calles en donde empezó a deslumbrar Francisco Sánchez Gómez, Paco de Lucía.

El apodo artístico de Canelita lo acuñó José Ortega Heredia ‘Manzanita’, sobrino de Manolo Caracol, en un estudio de grabación para un disco de homenaje al cantaor malagueño El Chino. Se cuenta que el intérprete de Verde que te quiero verde le escuchó cantar y quedó prendado: “Tu eres canela fina cantando, tú te vas a llamar Canelita”.

El ‘especial’ (como se conoce popularmente a los algecireños) respira fandangos y bulerías, sus cantes preferidos, pero también rumba y tangos y, con su edad, los nombres salen solos: Camarón, El Chocolate, Juan Peña El Lebrijano… maestros que ha escuchado y de los que aprenderá toda su vida. Dicen que es la nueva savia del llamado cante gitano. De hecho, su primer trabajo, Vivo errante (2004), apenas siendo un niño (con 14 años) tuvo una relevancia considerable dentro del mundo flamenco. Es, cuanto menos, curioso, que sin grandes campañas de promoción, y a través del boca a boca se está convirtiendo, desde hace unos años, en una realidad del cante con numerosos seguidores.

Al menos, llega a una cantidad de público que otros artistas, con campañas respaldadas por grandes discográficas, no consiguen. El salto definitivo lo consigue con su último álbum titulado Vuelvo(noviembre de 2010), donde alterna cante jondo tradicional con baladas y melodías pop, ofreciendo así una fórmula discográfica tan en boga, persiguiendo llegar a un público de masas. Sus discos ya han viajado hasta Francia o Alemania y el próximo destino, ineludiblemente, será Japón.

Puede que estemos ante una nueva figura o promesa del flamenco, y no sólo ante un nuevo fenómeno sociológico y coyuntural de mercado que, como todo, necesitará ir aprendiendo con el tiempo y hacerse su sitio en este arte tan complejo. “Todo el mundo dice que me cuide y yo me estoy cuidando. Voy a las fiestas a cantar y ya está. Yo he estado en fiestas con gente humilde, me he sentado con ellos…yo soy un niño y me he ido (de la lengua) hablando y después la crítica…”, reflexiona Canelita.