El flamenco en Cataluña ha gozado siempre de muy buena salud; ya sea por los grandes aficionados y artistas que siempre han vivido allí, así como de toda la inmigración que hubo en el siglo XX desde Andalucía y Extremadura, lo cual también ayudó a que el flamenco en las provincias y capitales catalanas resurgiera y tomara más fuerza.
La mismísima Carmen Amaya, uno de los genios más grandes del flamenco a nivel mundial, decidió instalar su residencia en Girona. Asimismo, destacar que las raíces del flamenco en Cataluña no son solo de Barcelona; aunque es la más importante evidentemente, pero también goza de buena salud en Girona, Manlleu, Tarragona, Lleída…