Más que un trabajo de investigación, Imperfecto, cuyo estreno mundial fue presentado por el teatro Chaillot durante la Biennale de Flamenco de París, es la historia de un encuentro real entre dos jóvenes coreógrafos. La francesa Jann Gallois es una figura de la danza hip-hop y, más ampliamente, de la danza contemporánea. El español David Coria es uno de los bailaores más prometedores del panorama flamenco actual. De factura clásica, pero no duda en mezclar géneros.

En esta partitura común para dos cuerpos, el flamenco y el hip-hop, disciplinas muy codificadas y culturalmente muy fuertes, se desvanecen para dar rienda suelta a la imaginación de los dos coreógrafos. Ninguno de los dos se contenta con mostrar su respectivo virtuosismo. Al contrario, lo utilizan para desatar entre ellos un lenguaje «otro» en el que su complicidad es innegable. Partiendo de la imperfección y los 7 pecados capitales, que son el hilo conductor de Imperfecto, quisieron llegar a donde no los esperaban. Fue algo bueno para ellos: el resultado es sorprendente y estéticamente exitoso. La iluminación es cuidada y responde a la perfección a las ideas de Coria y Gallois. La otra baza de esta pieza radica en el trabajo de los tres músicos que los acompañaron y que crearon una partitura única para adherirse al baile del dúo. El notable y potente cantaor flamenco David Lagos, el pianista Alejandro Rojas y el percusionista Daniel Suárez parecen haberlo dado todo para adherirse a los distintos estulos. Una novedad para la bailarina Jann Gallois, que descubre la labor del bailaor flamenco inseparable del cante y la música.

El resultado es una obra lúdica, conmovedora y no exenta de humor. En fin, ni hip-hop ni flamenco, sino danza libre y creativa. El toque final en el que Coria se pone el vestido que llevaba Jann Gallois al comienzo de la obra, mientras llega con un grotesco disfraz en el que aún consigue moverse, es un bonito epílogo: qué significa el género y los cuerpos, lo importante: La cosa es bailar juntos.

Nathalie Garcia Ramos para Flama