Parece que el flamenco va por delante… sobre todo de la política y de los medios de comunicación. Al compás de amalgama vamos todos entrando en verea. Aunque parezca mentira, el Festival Flamenco de Bruselas ya lleva casi 20 años programándose, desde que brotara allá por 2006 gracias a la organización del Centro de Bellas Artes Bozar, en colaboración con el Instituto Cervantes y la Embajada de España en la capital europea.

Desde sus inicios, fue notable tanto el éxito de público como de la propia organización, que poco a poco lo ha incorporado a su programación anual de Festivales, llegando a convertirse en una de las citas más esperadas del año en Bruselas.

De acuerdo con la dinámica actual de festivales, más o menos acertada, según las distintas opiniones, el Festival Flamenco de Bruselas apuesta un poco por el eclecticismo y la heterodoxia, aunque no pasa de largo el flamenco tradicional clásico, que parece ser que es el que más vende, al margen de las opiniones y gustos y tendencias, a veces impuestos, de programadores y gestores culturales. De momento, la única que ha colgado el ‘no hay billetes’ es la bailaora tradicional sevillana Irene Álvarez. 

Igualmente, podremos ver vanguardia a través del cine de Pedro G. Romero y Gonzalo García Pelayo, o el canto cósmico de Niño de Elche, así como música clásica de la batuta de la Orquesta Nacional de Bélgica, así como el jazz del gaditano Antonio Lizana.