Una ‘rave’ llena de quejíos y compás inaugura Suma Flamenca 2023
Un caudal de sensaciones en la primera noche de la esperada fiesta grande del flamenco en Madrid, Suma Flamenca, que ha vuelto a tambalear los “limites” de este arte patrimonial.
El Tercer Cielo de Rocío Márquez y Bronquio, fue la obra encargada de abrir el telón a los 44 espectáculos que componen el Suma Flamenca 2023, denominada Crisol Flamenco, y si se entiende por crisol aquel recipiente que todo lo soporta, esta elección está plenamente justificada y calza a la perfección.
A algunos, nos encanta dejarnos sorprender por los espectáculos y casi nunca indagamos mucho en los formatos antes de que se abra el telón. Quizá por eso la emoción es doble cuando vamos sumergiéndonos en la propuesta, si logra tocar las fibras precisas… o la sorpresa es doble, cuando toca otras fibras que casi ni recordábamos ya.
Un DJ rebosante de soniquete con “Flow” y una cantaora que mantiene su esencia da igual si es sobre una mesa o arrastrándose por el piso en modo “body paint”, son las dos almas que bastan y sobran para esta propuesta, que hace gala de una riqueza de detalles y formas que la hacen exquisita a la vista.
Para los más conservadores, desde luego esta no habrá sido la noche flamenca a la que están acostumbrados, pues las seguiriyas, los fandangos y los tangos, llegaban a cachitos y a veces acompañadas de quejíos electrónicos o uno que otro “chillido” acompasado. Amagos de baile, sintetizadores bien colocados, movimientos precisos y un espacio que invitaba a dejar volar la imaginación.
En mi caso, volé por un momento hasta esa “rave” que dejé pendiente. “¡Una rave flamenca… qué cosa mágica hubiera sido!” pensaba, mientras sentía ese espíritu de trance que llega tarde o temprano, y que nos encara desde adentro. La cantaora se convirtió por un momento en espíritu etéreo, sólo de cuerpo presente. Bronquio, el artistazo electrónico, en el chamán que protegía esos vuelos sin dejar de ofrecer su brebaje mágico a punta de perillas y atenuadores. Sí, qué grande es la libertad.
Eclecticismo, transgresión, experimentación… se busque el adjetivo que se busque, se trata de una propuesta creativa, que gustará a algunos más y a algunos menos, y que ya lleva más de un año girando y plasmada en un disco que lleva el mismo nombre. Quizá porque es ese tercer cielo el siguiente nivel para los eternos buscadores. Rocío y Santi sin duda lo son.
Paula Y. Valdez para Flama