Triana todavía está viva

Cuatro minutos antes de que empezara el espectáculo ¡Triana Viva! dejó milagrosamente de caer la lluvia fina -pero preocupante- que asustaba a Joselito Acedo y al respetable público. Escampó y la megafonía anunció que el espectáculo iba a comenzar. El anuncio sonó en varios idiomas, también en japonés como es habitual, aunque aún no han vuelto del todo los aficionados del Japón y casi no se vieron anoche en el patio del Hotel Triana. Aun así, el aforo estuvo casi completo en el patio y en los balcones de los vecinos y vecinas que un año más habían engalanado las barandas para la Bienal de Flamenco de Sevilla. Asistió el público propio de la Bienal, un público que tiene el poder adquisitivo suficiente para comprar las nada económicas entradas del festival y un capital cultural que les hace disfrutar de estos espectáculos sean o no aficionados al flamenco los 23 meses restantes entre Bienal y Bienal. Pero en el Patio del Hotel también se vio a otro público que no suele ir a los teatros, pero que hace el esfuerzo de ir a los espectáculos que la Bienal de Flamenco trae cada año a este recinto trianero. A pesar de los pesares todavía en estos espectáculos queda un “vecindeo” que impregna toda la función aunque hayan quitado la barra del bar.
El guitarrista trianero Joselito Acedo es el director de navío de este espectáculo que pretende poner en valor la tradición histórica del flamenco en Triana. Y así sonaron las soleares de Triana, el martinete de los míos piñones, y los tangos de El Titi, aunque irremediablemente mezclados con los ritmos, los jaleos y las formas que se cantan hoy en la periferia. En el fin de fiesta se puso claramente de manifiesto como hoy es difícil improvisar una fiesta solo por tangos de Triana y los tangos canasteros de Las Peligro se colaron de manera imprevista. Es posible que a los más nostálgicos y ortodoxos esto les disguste pero es que el flamenco vivo, el que se crea y experimenta en lo cotidiano, lamentablemente hoy está ocurriendo en las periferias. Que hay grandes artistas flamencos trianeros hoy como el propio Joselito Acedo, Antonio Canales, Esperanza Fernández o Manuela Carrasco es innegable. Pero que las formas de vida que originaron el cante y el baile de Triana ya no están vivas en este barrio es indiscutible. Viendo el elenco del espectáculo es fácil comprobar que la mayoría de los artistas o bien han nacido fuera del barrio o bien emigraron hace tiempo. Lejos quedan ya los tiempos en que la Bienal dedicaba un día a los cantes de Triana y llenaba el escenario de vecinos y vecinas, así como con Lebrija, Utrera o Jerez. La gentrificación en Triana, el cambio de la base social del barrio expulsó a los hijos e hijas de aquellos vecinos que hoy cogen el metro o el coche para venir a tocar a Triana. Los expulsó, pero no los borró porque en los Polígonos el flamenco sigue mezclado con la cotidianidad aunque suene diferente.
Pero ayer el espectáculo de Joselito Acedo desafío al tiempo y a los procesos de gentrificación y aburguesamiento de Triana. Antonio Canales bailó un martinete de los que sonaban en el Altozano hace cien años y conmocionó al público con un baile de inspiración que pareció un diálogo con los oles y las palabras de cariño que salían del patio de butaca y las casapuertas. Una comunicación entre el público y los artistas que difícilmente encontraríamos en otras manifestaciones artísticas diferentes al flamenco.
Pastora Galván resucitó a los muertos, lanzó los zapatos al aire y bailó como la Carmen del Titi y María la Calzona, y por un momento pareció de verdad que aquella Triana todavía estaba viva.
Pastora Filigrana García para Flama
Reportaje Gráfico: Claudia Ruiz Caro
¡Triana Viva!
Dirección Artística: José Acedo. Cante: Juan José Amadaror, El Bola, el Perre, Samara Amador, Las Peligro, María Terremoto. Baile: Miguel el Rubio, Antonio Canales, Pastora Galván. Guitarra: José Acedo y Fity. Saxo: Gautama del Campo. Percusión: Paco Vega. Lugar: Patio del Hotel Triana (Sevilla). Fecha: miércoles 14 de septiembre. Aforo: Casi completo.