Tomatito o el arte de acompañar los silencios, arranca Suma Flamenca 2022

Uno de los medidores infalibles que algunos simples mortales tenemos para saber cómo de bueno ha sido un espectáculo, es la intensidad de la sonrisa que nos marca y el tiempo que ésta se nos queda estampada en la cara. A veces, como hoy, los músculos faciales quedan adoloridos por el resultado de tan certeros indicadores, y hasta el miocardio queda un poco exhausto de tanto que le ha estimulado una guitarra. Y es que no es cualquier guitarra. Es la guitarra de ese caballero llamado José, pero que para nosotros tiene un nombre que cuenta leyendas con sólo ocho letras, Tomatito.
La sonrisa ha sido intensa, y ha durado de principio a fin en la noche inaugural de Suma Flamenca 2022, en su XVIII edición. Hasta la sala verde de los Teatros del Canal llegaba Tomatito, acompañado de su hijo José del Tomate en la segunda guitarra, el Piraña a la percusión y los cantes de Morenito de Illorá y Kiki Cortiñas. Pureza.
Iniciaba el capitán su paseo De la Plaza Vieja a Santa Ana, y a los pocos segundos arrancaba el primer ole profundo desde el cetro de un patio casi repleto. Primer día de festival y había ansias, pero toda emoción se calmaba en la mirada serena y llena de recuerdos del Tomate, que tiene esa especial manera de sentir que tanto transmite.
Heredero de ello, aunque con estilo propio, su niño José alumbraba el escenario con su guapísima sonrisa y las miradas cómplices y llenas de admiración de cuando en cuando lanza a su padre. A su turno y en completo solo, José del Tomate nos regaló su versión perfecta y asombrosa de aquella zambra mora que tocaba el Niño Miguel. Ovación en grande.
Antes ya habíamos ovacionado a los dos, padre e hijo, luego de que nos hicieran volar con ese Two Much Love de Michel Camilo, que transformó el escenario por unos minutos en una especie de sueño intergaláctico, marcado por la sensibilidad en la interpretación y el alma que ambos le estaban poniendo… no en vano la habían dedicado antes a Paco de Lucía.
La sonrisa continuaba y se hacía ingobernable cuando empezaron a sonar los primeros acordes de La leyenda del tiempo. Escuchar este que, para algunos de nosotros, simples mortales, es el tema favorito, por decir lo menos, con unos arreglos tan exquisitos y marcados por transiciones precisas y tan bien logradas, fue sinónimo de éxtasis. De pronto el himno revolucionario de Camarón se fusionaba con el Concierto de Aranjuez y enseguida arrancaba un Paseo de los Castaños… todo bajo el compás perfecto del capitán, que no dejaba segundo suelto, dando a cada uno su espacio y lugar… vigilando hasta los silencios, que acompañaba con arte, como sólo él sabe.
En esta parte, mención especial a Israel Suárez, dueño y señor del ritmo, que se marcó primero un brevísimo solo que fue sinónimo de Delicatessen… y después, cediendo a las provocaciones del maestro, soltó al Piraña que lleva dentro, para devorar cada uno de los compases que se le atravesaban con tanto arte que, por unos segundos, seguramente hasta los latidos se sincronizaron. Feroz.
La sonrisa se iba convirtiendo en risa de pura alegría, de plenitud ante un espectáculo tan bien montado y tan bien logrado… donde no faltó el cante, que en palabras del propio Tomatito es el instrumento natural de la vida. No puedo estar más de acuerdo. El Morenito y Kiki se cantaron unos tangos que más de uno deseó arrancarse a bailar, lo sé. Y una vez más, quedaba en evidencia la maestría y humildad de Tomatito cuando se trata de acompañar el cante. No es para menos… dada su escuela.
En fin, que justo cuando ya nos dábamos por satisfechos y casi salíamos por la platea, luego de la ovación final, volvió a abrirse el telón y se nos obsequiaba un último número, nada menos que junto al Niño Josele que salía de bambalinas con la misma sonrisa que a esas alturas ya llevábamos bien puesta todos. El fin de fiesta ideal para la primera de dieciocho noches que aún quedan por delante en esta edición del Suma Flamenca 2022.
Paula Y. Valdez para Flama
**Fotografía: El guitarrista Tomatito, junto a su hijo José del Tomate, en Suma Flamenca 2022. ©Pablo Lorente.