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Rancapino: «Quien hace impurezas insulta al flamenco» (entrevista inédita)

11 febrero, 2021

Alonso Núñez Núñez (Chiclana de la Frontera, Cádiz, 1945), apodado Rancapino por un gitano de su pueblo natal al decir que se parecía a un «pino quemao», bebió de las raíces más flamencas en la Venta de Vargas, en la vecina población de San Fernando, junto a artistas como su compadre Camarón de la Isla; ambos bajo la maestría del genio sevillano Manolo Caracol, «con quien iba a gastarme el dinero que ganábamos en la Feria de Sevilla, o en La Alameda»; según me contó justo después de cantar, precisamente, en ese barrio sevillano.

Esta entrevista inédita (hasta el día de hoy) se la hice a don Alonso nada más terminar su espectáculo en el Teatro Alameda durante la XI Bienal de Flamenco de Sevilla, allá por septiembre del año 2000, recién iniciado el milenio. Una Bienal que fue un antes y un después, ya que fueron años donde convergían las grandes figuras de los años dorados del cante con ya grandes figuras heterodoxas contemporáneas, habiendo una rivalidad que hizo los deleites de un público que asistía ávido de sorpresas a los teatros.

Por esa razón, realicé entre septiembre y octubre de 2000 un total de 14 entrevistas sin pretensiones de actualidad (de hecho, no se publicaron), de forma genérica con sus opiniones y diferentes puntos de vista sobre el pasado, presente y porvenir del flamenco. Unas opiniones de un grupo de artistas esenciales para el flamenco, y que la mayoría ya no se encuentran entre nosotros. Por lo que estimo que es un gran momento para dar a conocer estas entrevistas realizadas a pie de escenario. Porque si todas guardan un denominador común, es que las hice justo después de las actuaciones, donde el que escribe pensaba que podrían dar una respuesta desde el corazón, al estar todavía en caliente después del espectáculo.

  • Flama: ¿Qué supone para usted cantar en esta XI Bienal de Flamenco de Sevilla, y encima en el barrio de La Alameda?

  • Rancapino: Hombre, aquí hay una solera y un sabor inconfundible, porque aquí nació ese monstruo tan grande que fue Manolo Caracol; y entonces para mí esto tiene un arte especial. Además, aquí en La Alameda es donde terminábamos todos los artistas después de la Feria de Sevilla, cantando en los bares y gastándonos todo el dinero que ganábamos en el Real de la Feria.

 

  • F: ¿Y qué me dice de otros escenarios de esta bienal, donde existe un mayor protocolo (ya que realmente le sentó mal que la Bienal lo programara en un teatro menor), como el Teatro Maestranza, donde cantó usted en la Bienal de 1998?

  • Rancapino: Para mí esto es una maravilla, es un encanto poder cantar aquí, en este teatro, y que te escuche la gente sin decir ná y respetándote. Eso te da moral y empuje pa tirar palante – dice entre risas -, debido a que en otras sedes de la bienal la gente habla más y no respeta tanto al artista.

 

  • F: Siendo usted una raíz del cante, ¿Cómo ve el futuro?, ¿existe todavía la marginalidad que originó el quejío jondo?

  • Rancapino: Ahora hay menos aficionados a la pureza; eso sí es verdad. O porque todos los chavales han cogido otra música que no tiene nada que ver con el cante de Juan Talega o El Chocolate, o de Fernando de Utrera y Caracol. Ellos hacen su música, y es respetable. Además, hacen que se aficione la gente joven al flamenco.

 

  • F: ¿Cree que faltan al respeto al nombre del flamenco, sin mencionar las raíces de lo que han aprendido?

  • Rancapino: El problema es que ellos no han vivido ni ese duende, ni esa música que hacían esos grandes cantaores tradicionales. Ellos no han escuchado a los grandes que hubo en otros tiempos, como Marchena, que era un cantaor de gran solera.

 

  • F: ¿Cree que hay buena cantera?

  • Rancapino: Si digo que es buena, me estoy equivocando, pero los jóvenes hacen una música que no tiene nada que ver con Talega o Valderrama.

 

  • F: ¿Se han perdido las vivencias del flamenco?

  • Rancapino: En el cante ya está todo hecho porque los grandes ya pasaron, ahora no hay jóvenes de esa categoría. Me gustaría que escucharan a los flamencos más antiguos, el flamenco de verdad.

 

  • F: ¿Cómo cree que estos jóvenes flamencos pueden formarse y hacer arte puro?

  • Rancapino: Que escuchen los discos de los antiguos, que están ahí: Manolo Vargas, Pericón de Cádiz, Terremoto de Jerez, Paquera de Jerez, La Perla de Cádiz… y todavía hay gente en activo a los que tienen que escuchar.

 

  • F: ¿Cómo puede evolucionar el flamenco?

  • Rancapino: Los chavales tienen que coger la línea de la verdad del flamenco; pero esto está hecho ya tó, pisha – dice de una forma natural. Lo que pasa es que uno puede poner su personalidad y engrandecer el arte, pero no desvirtuarlo, eso sería un insulto al flamenco.

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