Miquel Barceló, de Camarón de la Isla a la Bienal de Flamenco de Sevilla
¿Qué decir de Miquel Barceló? Este pintor español referente internacional del neoexpresionismo ha hecho algún que otro trabajo para el flamenco; limitado a las figuras de Rancapino y Camarón de la Isla. Cualquier aproximación de artistas de esta categoría es todo un honor y un respaldo para el mundo jondo. Y que sea para una Bienal de Flamenco de Sevilla, pues mejor que mejor.
A pesar de su heterodoxia y búsqueda de su verdad artística, Miquel nunca ha ocultado su afición a la ‘ortodoxia’ en el arte, como es el caso de su debilidad por el toreo y el flamenco. Aunque siempre desde su perspectiva, claro está.
Al igual que en 2022 la Bienal nos sorprendió con una visión clasicista en su cartelería, con una imagen fotográfica de una taberna tradicional sevillana con Antonio Mairena de cancerbero… y, finalmente, fue toda una entelequia catalítica que muchos no comprendimos. Lo mismo, es que no estábamos al nivel. Pero este año, da la sensación opuesta… un artista de vanguardia internacional… puede dar lugar a un producto similar… es decir, si la ortodoxia llamó a la modernidad, lo mismo la heterodoxia de Barceló será una llamada a la tradición, como ya se viene vaticinando por algunas fuentes municipales. A veces, como todos ya sabemos, los opuestos no es que sean lo mismo, sino que son una continuidad el uno de lo otro. No hay nada como el tiempo para pasar…
Según informa la Bienal de Sevilla, la próxima obra flamenca del artista mallorquín será presentada en las próximas semanas, y representará la gran cita internacional del flamenco (ahora un poco más) que tendrá lugar en la ciudad del Guadalquivir del 11 de septiembre al 5 de octubre de 2024.
A falta de imagen por parte del artista plástico, mostrar su descripción ‘literal’ de la obra que veremos próximamente. Barceló: “Sevilla y el Flamenco como generador humano. Plantas prehistóricas en flores futuristas. Los frutos y semillas se llaman Camarón, Fernanda y Bernarda, Paco de Lucía…Como Altamira, lo más antiguo es lo más moderno. El Flamenco nos lo enseña”.