Los ‘últimos mohicanos’, cuando la ortodoxia es heterogénea
Es el único espectáculo de este Bienal de Flamenco de Sevilla 2024 en la que los protagonistas representan parte del ocaso de otra época; son intérpretes veteranos, mayores, que reflejan el hecho de que muchos e, incluso mediáticos cantaores de generaciones anteriores, tenían identidad, personalidad propia – aún acusando las evidentes escuelas cantaoras referenciadas – algo que, actualmente, prácticamente no existe, con voces que son difíciles de identificar, de distinguir, siendo excelentes profesionales; algo así como las ‘pizzas congeladas’.
De esta forma, ‘Por los siglos del cante’ – espectáculo representado el pasado día 17 en el Real Alcázar – es una alternancia de voces, estilos y cantes; una fórmula que, otrora, se utilizaba en ocasiones (Bienal 1986; Expo 92 en un homenaje a Antonio Mairena; Bienal 1998 con su espectáculo ‘Los Venerables’…) y, que, a priori, resulta más amena y dinámica para el público y que actualmente no se estila, entre otros motivos porque requiere la presencia de todos los artistas en el recinto hasta el final.
Con la sentida ausencia de Romerito de Jerez por enfermedad, con noventa y dos años, abrió la noche Calixto Sánchez, con un prodigioso estado de forma, a través de un pregón, conocido como ‘el del uvero’, de la localidad sevillana de Los Palacios, y cerrando la noche con soleá, tientos-tangos, y poniendo al público de pie con sus bulerías acancionadas, chufleras y su celebérrima adaptación de Carlos Cano, acordándose de Cádiz y La Habana. Antes de ello, Juan Villar (tangos y bulerías) y Nano de Jerez (soleá por bulerías y bulerías), mostraron y demostraron que, aún con las facultades mermadas, no conciben otra forma de cantar sino es con entrega y arrojo, aunque el resultado no sea óptimo; el flamenco, el cante en este caso, es eso en gran parte. El cambio de tercio fue de Marcelo Sousa, que tuvo el buen gusto y acierto de incluir una emotiva y jonda farruca, culminado su actuación con una portentosa seguiriya. Con este mismo ‘palo’, abrió su intervención José de la Tomasa, sin llegar a la altura de su antecesor; el hijo de Pies Plomo y La Tomasa continuó con tarantos y finalizó con aires del Bizco Amate y Manuel Torre por fandangos, en una actuación con más oficio que calidez.
Posiblemente, a todos ellos no se les pueda pedir más.
‘Por los siglos del cante’ es una propuesta necesaria, una idea que se debería de implementar en más escenarios flamencos en forma y en fondo, ya, que, por fortuna, todavía podemos disfrutar de estos venerables y de algunos más – aunque pocos – de los que casi nadie se acuerda para programar pero, paradójicamente, muchos recuerdan.
Son los últimos mohicanos.
Juano Rodríguez para Flama
Archivo Fotográfico de La Bienal de Flamenco / ©Laura León
Espectáculo de Cante: ‘Por los siglos del cante’.
Calixto Sánchez, José de la Tomasa, Nano de Jerez, Juanito Villar, Marcelo Sousa.
Guitarras de acompañamiento: Eduardo Rebollar, Manuel Jero, Manolo Herrera, Antonio Carrión.
Coordinador musical: Eduardo Rebollar.
Idea Original: Manuel Curao.
Lugar: Real Alcázar.
Fecha: martes, 17 de septiembre.
Aforo: 3/4.