‘Oro Molío’ se llamaba el espectáculo que ofreció anoche la jerezana de Santiago, Tomasa Guerrero La Macanita, en el Festival de Jerez. Y bien que lo exprimió, quebrándose en los soníos negros para volar al compás de la bulería en el fin de fiesta. Fue una noche para el recuerdo que la arrancó ‘bregando’ por Trilla. Desplegó percusión, piano, dos guitarras y cuatro palmeros al compás vertiginoso de Jerez. Muy arropada en un espectáculo con mucho pellizco.

Siguiriyas dolientes, se acordó de Alcalá por soleá, de Fernando Terremoto en la soleá por bulerías, tangos… homenajeó por Zambra a su paisana y referente, La Paquera de Jerez, pa pegarse una paseíto por La Plazuela. Romance de Juan de Osuna… copla… La aleación del metal de su voz se percibió en todo lo que hacía; acompañándose también al baile en algún momento de la noche.

Destacar todo el equipo en su conjunto y por separado (incluido el sonido, que permitió la magia en Los Apóstoles). Una acertadísima percusión de Carlos Merino, unas palmas impecables de Chicharito y Macano, sentados; y Javier Peña y Diego Montoya atrás de pie.

Por supuesto, el nivel de guitarras de Antonio Higuero y Manuel Valencia fue algo excepcional, soniquete y compás pa rabiar… destacando también el piano flamenco de José Zarzana, quien se acordó de Moraíto, que estuvo presente en varios momentos de la noche.

Fue un espectáculo muy completo, bordaíto con hebras de oro y terciopelo, por una artista que anoche parece que se salió un poco de su espectáculo habitual para tirar más arriba… y aspirar a ese Oro Molío que puso en pie a la Bodega de los Apóstoles de  González Byass.

Isidoro Cascajo
Fotos Esteban Abión

**Vídeo del fin de fiesta de Tomasa y su gente.