Ya hemos visto caer los principales caballos de batalla de las concentraciones turísticas y culturales de nuestro país: Carnavales, Fallas, Feria de Sevilla, Semana Santa, San Fermines… y las que quedan. Pero el ayuntamiento de Sevilla parece que quiere dar muestras de fortaleza para no dejar caer los ánimos… y apuesta por la Bienal de Flamenco para finales de verano e inicios del otoño. «Aún en tiempos de incertidumbre», como indica la misma organización del festival de festivales, seguirán «trabajando en una reprogramación de sus espectáculos y readaptación de sus esquemas» a las recomendaciones (u obligaciones) sanitarias, como espectáculos al aire libre con público reducido, limitaciones de aforo o retransmisiones por streaming.

Esta nota de prensa llega precisamente en un momento en el que nadie sabe nada… por no saber, parece que todavía no se conoce ni el genoma del COVID-19, lo que es imprescindible para encontrar esa preciada vacuna. Y es que, desde este foro, observamos que hay muchas prisas por volver a la vida ‘normal’ como la hemos conocido hasta el momento, pero seguramente tendremos que adaptarnos a un panorama que, a día de hoy, todavía no estamos preparados para afrontar.

Mientras avanza (o se reduce) este virus mutante la Bienal de Flamenco de Sevilla no quiere perder su referencia dentro del mundo del arte en general, y del flamenco en particular, como motor cultural, escaparate internacional de los artistas, promoción turística de Sevilla, Andalucía y España…

A pesar de todos los pesares (sanitarios y económicos, entre otros), la Bienal, que cumple 40 años a partir del 4 de septiembre del corriente (finaliza el 4 de octubre), asegura a través de nota de prensa que «se adaptará a las difíciles circunstancias provocadas por la pandemia de la COVID-19».

Isidoro Cascajo de la Barrera-Caro