Juan Pinilla, un cantaor granaíno para la Exaltación de la Saeta de Oro en su X aniversario
El cantaor granaíno Juan Pinilla (Huétor Tájar, 1981) será el encargado de llevar a cabo la Exaltación de la Saeta en Granada esta tarde a partir de las 20 horas en el Restaurante Pilar del Toro. Una exaltación que rendirá tributo al Certamen Saeta de Oro de Granada en su X aniversario. Gran conocedor del cante flamenco, también ejecuta este cante sacro del flamenco inspirado en la vida y muerte de Cristo. Y que el propio exaltador, acompañado de la cantaora Aroa Palomo, harán una muestra a lo largo de la exaltación.
Pinilla es un cantaor no al uso, ya que su obra siempre suele estar inspirada en obras literarias o relacionadas con las mismas, así como implicado en los asuntos políticos y sociales de su tiempo. Además de cantaor, es escritor, actor, traductor y columnista.
¿Qué significa para ud la saeta como cante flamenco y su relación con la religión/espiritualidad?
La saeta, desde el punto de vista popular, es una manifestación artística que hunde sus raíces en tiempos inmemoriales. Ya en la Grecia clásica, cuando se conforman los géneros literarios, Comedia y Tragedia se representan atendiendo a unos cantos o himnos compuestos en honor al dios Dionisios. Es decir, los seres humanos siempre han tenido necesidad de cantar, de expresar su fe, su fervor, su respeto hacia las divinidades a través de lo que han considerado que se acercaba más a la grandeza divina: el arte.
En cuanto al flamenco, una manifestación popular, acaba tomando forma en clave de cante serio, bien seguiriyas, tonás, carceleras, en tanto que la saeta representa la pasión y muerte de Jesús, según la tradición. Por todo ello, se trata de un cante grave, serio, que se interpreta exclusivamente en una época determinada del año, con lo cual, hay mucho de performativo, hay mucho de verdad ipso facto, con un componente espacial y coreográfico muy interesante.
Dentro de los diferentes estilos de saetas, ¿cuál es el que más le gusta?
Creo que todos los conocidos, incluso los que no son específicamente cantes flamencos, como las saetas cuarteleras, darían para un análisis profundo. Como flamenco, los que más se acercan a mi forma de entender esta música, son los que más me llenan. Desde Manuel Vallejo, hasta Mairena o La Niña de los Peines, más ese gran estudio que hizo mi desaparecido amigo y maestro Alfredo Arrebola, la saeta ha sido uno de los estilos que más se ha expandido musicalmente hablando, que más ha ampliado sus límites, conformando verdaderas obras de arte sonoras. La saeta por seguiriyas, la saeta por tonás o las saetas con carceleras son grandes joyas musicales.
Hace unos años hizo ud precisamente una prueba con la saeta en lengua de signos, para la ‘mejor escucha’ de personas sordas. ¿Cómo fue eso, y si lo ve con futuro en el mundo de la música en general, y en el del flamenco en particular?
Ahora mismo hay muchas líneas de investigación abiertas que abarcan campos enormes del conocimiento. Todo lo que sea trabajar para que se genere un mayor acceso a la cultura flamenca, creo que es un logro que debemos reconocer. En esa línea se presentó aquel trabajo en que se traducía al lenguaje de signos la letra. Creo que es un paso importante por el que debemos seguir avanzando.
El mundo de la Saeta en Granada ha vivido una ‘revolución’ en los últimos 10 años a partir de la iniciativa de Juan Luis Álvarez con el Certamen Internacional Saeta de Oro, organizada por la Federación Provincial de Empresas de Hostelería y Turismo de Granada… ¿Cree que ha sido un antes y un después en la relación de Granada con este cante sacro flamenco?
La creación de este concurso ha sido muy importante para revitalizar y dotar de importancia el cante por saetas dentro de los límites provincial y autonómico. La Peña de la Platería, desde hace ya varios lustros, realizaba una exaltación de saetas de forma anual. Tenemos grandes maestros que son todo un referente como Curro Andrés o el ya mencionado Alfredo Arrebola y Elisa la del Horno, que han sido mis principales referencias granadinas, pero también jóvenes como Ana Mochón, Marta La Niña o Aroa Palomo, que han pernoctado en estos estilos y unen a su conocimiento unas condiciones naturales formidables para sacarlos adelante. Creo que son cuestiones, en definitiva, que contribuyen a estimular a los más jóvenes para que cultiven este género.
Finalmente, si nos puede adelantar alguna pincelada de la Exaltación del próximo 26 de febrero.
Voy a abordar el cante flamenco desde su centro, es decir, al margen de aburridos refritos de consideraciones históricas, tan manidos, tan comentados, tan escuchados, voy a intentar hablar de los cantes, desmenuzarlos, desmembrarlos, para ir explicándolos de uno en uno, para hacer una especie de interpretación o de guía de escucha en cada uno de ellos, es decir, en vez de hablar de sus márgenes, voy a hablar del cante por saetas en toda su dimensión musical, con calas a los grandes saeteros y saeteras que yo he escuchado desde niño, tanto en mi pueblo, Huétor-Tájar, como en los viejos discos. El relato va a estar ilustrado con algunos cantes que interpretaré yo, más un par de saetas que hará la portentosa cantaora Aroa Palomo.