José Maya se descubre con ‘Lejano’
‘Lejano’, que así se llama este trabajo del bailaor José Maya, nos traslada desde un pasado a un presente siempre vivo, el pasado no pasa porque el presente no olvida, así lo resumo yo.
José no solo baila, también canta y así lo hizo anoche en la Suma Flamenca subido a un escenario limpio de ornamentos y en donde se veían las tripas del teatro, que por no tener, no tenía ni siquiera esas grandes cortinas que tapan lo que no se quiere o no se debe ver, según cada uno así lo entienda.
Pero José se atrevió a enseñarlo todo, y así lo hizo, enseñó su baile y enseñó su cante en donde se percibían los momentos más profundos de uno de sus maestros, El Güito, ese bailaor madrileño que tanto nos dejó como legado y que artistas como José lo han recogido, asimilado y lo sigue trasmitiendo.
El paso del tiempo pasa, pero los artistas no, por otros que hacen posible con su recuerdo que nunca se puedan olvidar. Ese respeto profundo que el flamenco transmite de generación en generación.
Por momentos había soledad, por momentos había alegrías, por momentos había búsqueda y por momentos había encuentro. Creo no equivocarme, pero no ha dejado indiferente a nadie del público. Un espectáculo corto pero intenso. Tonás, bulerías, soleares, aires de levante… y todo un largo recorrido de cantes que acompañaron a este artista y que vino de la mano de Ismael El Bola, José El Calli y Delia Membrive. La guitarra de El Peli; Batio Hangonyi en el violonchelo y la percusión de Lucky Losada.
El flamenco en su más puro sentimiento sigue vivo, a pesar de esa incertidumbre que sigue pululando en el ambiente de que se acaba, no es cierto ni lo será nunca. La evolución es constante y natural, pero la tradición está ahí y siempre y a lo largo de la historia han convivido y han ido juntos de la mano.
Juan José Gil Sánchez para Flama





