El mejor preludio de la Semana Santa en el Concurso Saeta de Oro de Granada 2023
No hay nada más injusto, que el juicio a la creencia religiosa, el juicio a los valores espirituales que habitan en lo más profundo de nuestra conciencia y dan paso, o se conectan directamente, a nuestro ser más profundo. Cada uno de los concursantes del Concurso Saeta de Oro de Granada 2023 viene con una cruz colgada del pecho, un rezo realizado y una visión propia de su habitar más íntimo. ¿Cómo alguien les va a decir que su plegaria es mejor o peor que la de otra persona si su vida está siendo dedicada en este momento al paso de una virgen o un cristo, a la imagen de su amor más profundo, de su anhelo más preciado? No puede haber comparación en la profundidad de un amor y tampoco medida para la longitud de sus voces o la fuerza de su creencia. Pero algo ocurre cuando comparten su interpretación de las saetas. El público mira hacia arriba y los ve en el balcón, les llegan sus gestos, sus valores y las sensaciones comienzas a fluir, las pulsaciones cambian y el ambiente se transforma.
Estrella madre divina
ampárame en mi dolor
desátame de las cadenas
Una combinación equilibrada entre la recreación de largas sílabas y las palabras cantadas. Su significado es dictado por toda la extensión de su mensaje y lo ejecuta con mesura y valentía. Parece que el cordobés Joaquín Muñoz López toma todo su aliento en cada palabra y abre el concurso poniendo el listón muy alto. Continúa María de los Ángeles Cruzado acogiendo grandes recreaciones en sus comienzos de frase, templa sus sílabas largamente llevando el ambiente a una atmósfera etérea y abstracta, haciendo recordar el mensaje en sus caídas de frase, generando un gran arco en su primera saeta, templando con maestría antes del cambio.
Eres Virgen más bonita
que la nieve en el barranco
que la rosa en el rosal
que el lirio blanco en el campo
Virgen de la soledad
Estas palabras se posaron en la garganta de Marta La Niña quien, al igual que su compañero granaíno Antonio Fernández, realiza con fuerza, embistiendo con pasos cortos cada sílaba. Dos intervenciones menos extensas que sus compañeros del comienzo. La quinta concursante, Esperanza Garrido, sorprende con un repentino cambio de registro. Pasa de una delicadeza tierna, acorde a su juventud, a una fuerza inesperada, una devoción repentina y casi agresiva, sacando varios oles de los asistentes. Para finalizar la primera ronda, la voz de la experiencia con Manuela Pérez cosecha más que oles, silencios devocionales, bajando la cabeza antes de volver a coger aliento, como susurrando sus penas. En el cambio hace sonar sus truenos internos elevando su mirada y apuntando con la palma estirada a cada uno de los asistentes, haciéndolos partícipes de la importancia, la grandeza que hay en este arte, del fuego que abrasa las ideas invasoras de momentos no presentes.
Después de la pausa, Joaquín demuestra en su segunda intervención una técnica rica en matices con un vibrato limpio y envolvente. Sube la intensidad de forma gradual, equilibrado en su fuerza, hasta un último aliento que busca con éxito la definitiva gota de energía en su garganta. Cruzado recoge la emoción del público, lo mece y despierta en ocasiones, acurruca su voz en cada oído y lleva de la mano a diferentes filos de precipicios, todos con vistas preciosas y escogidas. Saca sin duda el mayor número de alabanzas al final de cada una de sus búsquedas melódicas.
Marta La Niña realizó una de las aperturas más sentidas y delicadas de la noche. Muestra conocimiento y técnica en toda su actuación. Busca y rebusca entre frases cortas, entre silencios y tercios alargados. Entre la gran variedad de recursos que saca a relucir, destaca una fuerza y quiebro en la voz que dotan a su intervención con una marcada flamencura de cante jondo.
Manuela cambia la estrategia esta segunda vez. Sale brava y con altivez. Se dirige directamente a sus parroquianos, hace sentir su firmeza y culpa a la misma vez. En el cambio se revela el arrepentimiento y hace sentir las cadenas de las agrupaciones que están por sentirse pronto, de la oscuridad frente a las velas de la procesión, del tambaleo que genera el temblor de los costaleros.
Al comienzo de la resolución del fallo del jurado insisten en la dificultad de la decisión y la alta calidad que ha demostrado los participantes. Primero anuncian los accésits: Joaquín Muñoz López, Antonio Fernández y Esperanza Garrido. Con la primera criba hecha, queda el podio listo para las dos onubenses y la granaína. El tercer lugar: Manuela Pérez. En segundo lugar: Marta La Niña. Y para el primer lugar, con guantes de encaje que atraparon al público y, por lo que vemos, también al jurado: María de los Ángeles Cruzado.