Concha Jareño ofrece el estreno absoluto de ‘Recital Flamenco’ en Flamenco Madrid… sin desperdicio

La bailaora y licenciada en Danza Española Concha Jareño (Madrid, 1977) presentó el 1 de junio, en estreno absoluto, su obra Recital Flamenco, dentro de la programación de Flamenco Madrid 2018. Convertir el escenario del Teatro Fernán Gómez en una estampa flamenca de esas que se dan en las cuevas de Graná o en un tabanco jerezano, sin más elementos que un medio círculo de sillas, una buena luz y una atmosfera de humo, tiene que ver con la experiencia y el conocimiento sobre el arte flamenco. Experiencia y conocimiento que no solo Concha Jareño contiene, también los artistas que ella ha seleccionado y que acompañan esta noche este Recital Flamenco.
El gaditano Manuel Gago y el catalán, pero criado en el sevillano pueblo de sus padres de Morón de la Frontera, David Sánchez El Galli, fueron los encargados en el recital, de ofrecer una noche flamenca y para el aficionado al cante, incluso didáctica. La forma de decir los cantes, las letras elegidas, sin necesidad de florituras, aportando la personalidad de ellos mismos en cada estilo y dando sentido y carácter a las necesidades de la bailaora para expresar su baile.
El guitarrista y compositor nacido en Barcelona Juan Antonio Suárez Cano, es una pieza clave en la obra de Concha. Además de por su magistral toque, por dar sentidos de especial musicalidad a los zapateados de Conchi Jareño. Impulsa, inspira y acompaña con sus notas, con sus ruedas melódicas, con sus rasgueos, con sus silencios, los incesantes movimientos, giros y desplantes del cante y del baile de esta noche tan flamenca.
El compás y los ritmos del recital, en ocasiones, cuando los cantes y el baile lo precisan, fueron apoyados por dos palmeros, Julio Ruiz y Felipe Clivio El Chili, se suman a la percusión de otro gran músico, el madrileño José Manuel Ruiz Bandolero; al que le avala una gran experiencia acompasando y sumando su sentido percusivo a los artistas mas relevantes del arte flamenco y también de otros estilos, como el jazz.
Un cante por tangos despacito, con peso tirando patrás y un baile con delantal, homenaje a la gitanas canasteras, esas que expresan dando valor a los gestos que residen en las tareas diarias, en lo cotidiano, asentada en sus caderas, redondez en los movimientos, en el compás y en los cantes festeros que tanta alegría trasmiten a los corazones.
…Rosario la Mejorana
la mejor bailaora y la de más fama
como bailaba
con ese empaque de soberana
era Rosario la Mejorana…
Como un eco que palpita el cajón de Bandolero, abre las puertas al cante por solea por bulerías con el eco del moronero El Galli:
…maestro compañero, compañero del alma, que te llevo, como suena tu guitarra…
Acompañan a El Galli las cuerdas de Cano, y despiertan a su llamada, la voz se rasga y aumenta con el toque de raza, más aún, la flamencura.
…Mare del guateque vengo
Vengo lleno de ternura…Me la quito y la pongo al sol…
Por ver si estos animalitos…
Nos pregonaba Gago por guajiras. Segundo palo que Conchi Jareño bailara junto con su abanico y su vestido inspirado en la Cuba más colonial. Un estilo que requiere de feminidad y coqueteo, que sin duda Jareño posee. Preciosas estampas, dibujadas por creativos movimientos con su abanico.
Arranca Cano por malagueñas, de pie a la espera. Y responde Gago con la malagueña de El Mellizo:
… Y era en el mundo… envidiable
Este querer tuyo y mío,
Era en el mundo…. envidiable.
Tan feliz me considero
Que cuentas yo no le doy a nadie
Con la pasión que te quiero…
La guitarra, como si apenas pudiera ante el mensaje que el cante le esta transmitiendo, acompaña sutil semejando a un llanto que lagrimea gota a gota y a la vez una especie de asentimiento, como el que comprende y empatiza con el dolor de un compañero, de un amigo. Cante y guitarra se miran a los ojos para contar lo sentido.
Con el corazón encogido y la ovación del público, Conchi Jareño enmarca un baile por taranto. El Galli, Cano y la bailaora transmiten el sentimiento, la sobriedad de los cantes de levante recreado también por la luz que asemeja una habitación, un cuarto en donde se habla sobre las dificultades del trabajo en la mina. Un estilo que le supuso a la bailaora el premio Mario Maya en el prestigioso Concurso de Arte flamenco de Córdoba de 2007.
Posteriormente, Bandolero ‘abandola’, con un pandero, una serie de fandangos que el grupo musical al completo recreará para trasladarnos al galope, y contagian estos ritmos sobre los que una variedad de estilos de fandangos pasean a su aparente antojo. Entramos en la bulería, el estilo que en tantas ocasiones se utiliza para cerrar, para despedir, para celebrar y poner punto final al espectáculo, pero que en esta ocasión la coreógrafa e intérprete Conchi Jareño ha decidido exponerlo como pieza de baile. En él se confinan cantes bailados a modo de patás, escobillas con soniquete y melodías del toque mas festero de Cano; y contestaciones de Bandolero, con una percusión libre que entra y sale del compás a su antojo como el que no busca ser sino que ya es música.
En Jerez de la Frontera, una de las cunas del cant , la risa y el llanto, están a solo un paso, de la bulería. Jareño nos conduce a la seguiriya. Sobre el compás añejo, el de antaño, las letras de Manuel Gago y David El Galli se suceden una tras otra como si asistiéramos a una especie de ritual en donde uno se libera de tanta amargura.
El cierre viene acompañado de la salida a escena de la bailaora en bata de cola con mantón ceñido a la cintura.
Y canta Gago: … el día que tu te cases que te pongan la corona y te echen por lo alto botecitos de colonia…».
La bailaora madrileña pone fin a este estreno absoluto de Recital Flamenco con un baile por soleá, que dio muestra de su maestría con la bata y el mantón. Un trabajo de horas y horas en el estudio y en las tablas, sin duda muy visible en el Recital de Concha Jareño y su grupo durante su actuación en el Festival Flamenco Madrid 2018.
Begoña Castro para Flama
Fotos y vídeo de Manuel García