Arrancan las semifinales del Concurso Internacional Saeta de Oro de Granada

El portavoz del Concurso Internacional Saeta de Oro de Granada comenzó, dentro de la presentación de apertura, recordando a los que nos han dejado y trayendo al presente el atropello de la guerra que estamos viviendo. Dejó el escenario, en este caso el balcón que da al centro del patio andaluz en donde está sucediendo el concurso, en el restaurante granadino Pilar del Toro, junto a Plaza Nueva y la Iglesia de Santa Ana, al comienzo del paseo de los tristes, listo para que vayan apareciendo los concursantes de la noche.
Antonio Fernández, con presencia y empaque, comienza ante un público expectante con una saeta por seguiriyas dedicada al Cristo del Consuelo. “Había sonado un clarín ronco” entona junto al salpicar de la fuente situada en el centro del patio, “y los tambores destemplados a la voz de un pregonero, el sol claro se ha eclipsado…”. Le sigue el cantaor gaditano Jesús Moreno con una tesitura de voz más grave, con un color de voz que recuerda al ambiente que crea el sonido de un disco de vinilo antiguo, se recrea largas sílabas tenidas mostrando una amplia gama de melodías con el cambio después de la saeta por seguiriyas.
El tercer concursante, Iván Centenillo, interpreta una saeta carcelera dedicada al nazareno al estilo de La Niña de la Alfalfa. Combina unas medidas pausas con un control de la voz delicado, creando una tensión contemplativa, manteniendo en sus gestos con manos y brazos el lento caminar de una procesión que en su parada sigue llevando con devoción su ofrenda. Se siente la aproximación de la Semana Santa a paso lento y firme como de costalero y sus saetas salen a relucir con compromiso y solvencia.
En la segunda ronda Antonio Fernández vuelve a inyectar en su quejido una importancia majestuosa al mensaje. Los textos se escuchan nítidos en su voz y hace realzar su significado sobre la efectividad e inunda seguidamente con la fuerza de su empaque los tonos más álgidos de su saeta sacando olés y la bendición del público. Jesús Moreno se mostró en la segunda ronda con un registro elegante y realizó una progresión vocal desde unas finas líneas hasta la redondez de una voz rajada y profunda.
Para el último turno de la noche, consiguiendo en sus finales de frase un misticismo pausado, vuelca Iván Centenillo sobre los asistentes una búsqueda de ascensión en la ritualidad presenciada dando un broche de oro con el juego de palabras final: intercambia la palabra pobreza por guerra de la letra original. El resultado es un mensaje de verdad y anhelo en el sentir colectivo. “Madre mía yo te pido, tú que tanto poder tienes, levanta tu mano sobre el pueblo, échale la bendición, y acaba con todas las guerras, acaba con toda la guerra”. Las plegarias llegan a su fin y de esta forma el cante volvió a encarnar certeramente la reivindicación y voz del pueblo.
Continuarán las semifinales los siguientes lunes de cada semana hasta llegar a la final que se celebrará el próximo día 4 de abril. Desde Flama les deseamos mucha suerte a los concursantes y un máximo disfrute a todos los asistentes.