El flamenco en Sevilla debe comenzar con un repaso histórico por los diferentes barrios, y el más insigne, Triana. Es aquí donde se dan de una manera concretísima todos los ingredientes que forman el Flamenco y lo han formado siempre. Por un lado, la persecución, el hambre, la miseria; por otro, la alegría, el encuentro de culturas y el cruce de formas expresivas distintas en determinados momentos. Sin duda alguna, Triana tiene mucho que ver con la formación del Flamenco tal y como lo conocemos hoy.
Uno de los cantes considerados estructurales es la soleá. De este modo, se puede asegurar que la soleá tiene su base en Triana, se gestó en este barrio y allí tomó su forma definitiva; al menos, de ahí se conoce la primera referencia de este estilo. La soleá discurre desde este barrio hacia la campiña de Sevilla, tomado rasgos de personalidad propia en Alcalá, Utrera y Lebrija fundamentalmente.