Camelamos Adiquerar es la asociación que hace posible una gran agenda flamenca en el País Vasco, desde San Sebastián, donde está asentada gracias a Tío Moncho Jiménez (DEP), fundador de la misma, y organizador del Concurso de Cante Flamenco Ciudad de San Sebastián, uno de los grandes acontecimientos de flamenco en el Euskadi. Además de organizar el Concurso, que celebra su XX Final el próximo día 13 de noviembre en el Teatro Principal de Donosti, con David de Jacoba como artista invitado, Camelamos no cierra el ‘chiringuito’. Sino que utiliza esta música espiritual para unir culturas, etnias y clases sociales, y este es un trabajo diario. Camelamos organiza actividades todo el año, como el Curso de Música Flamenca de Errentería, junto a la Escuela de Música y el Ayuntamiento. Y para comprender la filosofía de la organización, resaltar la conferencia ofrecida por el director del Instituto de la Cultura Gitana (ICG – Ministerio de Cultura), Diego Fernández: Génesis del Flamenco: Según el director de ICG, los gitanos “traíamos influencias orientales que se han difundido por toda Europa, y también llegaron judíos, árabes… surgió la música flamenca”. Indaga sobre su origen, y lo ubica principalmente en Triana, donde los gitanos -desde el siglo XVII- vivían, y enseñaban sus instrumentos y su música a los acaudalados señores del otro lado del río, en Sevilla. Diego Fernández destaca un dato a tener en cuenta: “la música flamenca nada tenía que ver con las músicas regionales folclóricas, incluidas las andaluzas”. Es clásica la diferenciación entre dos grandes escuelas: Oriente (modales) y Occidente (armónicas). En Occidente se construye desde la armonía. En Oriente no existen las escalas musicales, o no tienen nada que ver. De ahí que el flamenco tenga esa fuerte atracción sobre otras culturas y sociedades, por esa fuerza que “radica en los propios Vedas, libros sagrados de la India, donde la música es una disciplina espiritual, que hace que el individuo se acerque a la comprensión del universo”. Diego resalta que otras músicas indias son, igulamente, muy reiterativas. Tienen las mismas tonalidades y formas que el flamenco. El director del ICG mencionó el Raga y el Tala, los cuales establecen tonalidades y ritmos, respectivamente. Por lo que el/la artista tiene total libertad, pero sin salirse del ritmo o compás, como ciertos cantes flamencos. En occidente, las músicas armónicas tratan de contar una historia. Sin embargo, en oriente la música crea un estado de ánimo. Diego destaca la importancia de Córdoba en el Al Andalus y su estrella de la Cultura, Zyryab. Músico, político, intelectual, investigador… pero desde el punto de vista musical los elementos melódicos que utilizaba Zyryab eran indios y persas. Y crea en Córdoba el mayor conservatorio musical de Europa. El flamenco se dice que es marginal -reflexiona Diego-, pero en su origen fue todo lo contrario. Era la música oficial. A partir de la Reconquista, la Santa Inquisición “empuja a que pasara de ser música oficial a marginal”. Quien cantaba flamenco se delataba. Judíos, musulmanes y gitanos acabaron en caravanas que se convirtieron en los guardianes de esas músicas, argumenta. Con las carrozas, candelas y viviendo en la carretera, mientras los perseguían. Hizo que el flamenco fuera evolucionando. Y las familias gitanas conservaron esos elementos hasta prácticamente desde el siglo XVIII hasta que se produjo la apertura del flamenco a la sociedad a través de los Cafés Cantantes, sobre todo por la intervención de un cantaor no gitano: Silverio Fraconetti. Extracto de la Conferencia de Diego Fernández Cursos de Música Flamenca de Errentaría